La condición humana no alcanza a ser definida ni limitada ya sea por el camino del idealismo, ya por el del materialismo. Quien asuma su comprensión a través del medio cósmico contaría con bases sólidas para una aproximación cabal. El autor de este trabajo sigue en este sentido las enseñanzas de Choisnard, el más serio intérprete de la astrología, contemporáneo de Freud por otra parte. Y demuestra que si bien la astrología no es el único e imperioso espejo del destino humano, su estudio desapasionado revela lo que ella representa en el gran tema del determinismo.